miércoles, 28 de diciembre de 2011

Día 4 Descubriendo nuevos petroglifos


El refugio de Arrequintín del Andino Mercedario representa para los montañistas una opción espectacular.

Todo aquel que busque acercarse a las montañas de la zona de Iglesia (hay muchas opciones arriba de los 4000, otras de 5000 y hasta de 6000 msnm) si es socio del Andino Mercedario podrá  disfrutar de las bondades de este refugio, podrá tener una cama y un colchón, agua, baño, cocina a gas, heladera, luz eléctrica, estufa a leña y desde hace unos días hasta direc tv.  
No hay mejor “regalo” para una persona que baja de la montaña después de uno o más días de cordillera que encontrarse con un refugio como este.

Este fin de semana lo utilizamos nosotros como base aunque dormimos en él la última noche y nos ayudó mucho en la recuperación después del golpe de puna que sufrimos al ascender el Fortuna.

Esa noche preparamos un “asadito” y mientras la carne y las verduras se cocinaban completamos un crucigrama a la luz de las velas (para encender las luces hay que hacer unas “movidas” que no sabemos como hacerlas), luego de la cena cerramos la noche con un encuentro de chin chón.    


Desayunamos acompañados por los pajaritos que se atrevían a entrar al refugio. Ya con el sol alto pusimos marcha a la quebrada de los petroglifos (nosotros la llamamos así porque en la entrada se encuentran los tan nombrados petroglifos de Guardia Vieja) con la intención de “descubrir” algunos otros que se encontraran por la zona.




Otra vez fuimos testigos del vandalismo de algunos al reencontrarnos con estos dibujos en la roca de nuestros antepasados precolombinos. Con cierta dificultad subimos al filo que está encima de los petroglifos y escalando la roca lo alcanzamos para ser testigos de una vista espectacular.




La idea era caminar sin tiempo por el filo lo más lejos posible, lo más alto que se pudiera buscando algunos otros dibujos.  Los resultados no se hicieron esperar y enseguida encontramos el grabado de dos guanacos de buen tamaño sobre una roca baja bien a la vista.




A lo largo de todo el recorrido de más de 2 horas de ascenso encontramos varios dibujos de distinto tipo y tamaño para nuestra satisfacción. Luego enviaremos las imágenes al Instituto Granbier para ver si los tienen registrados y de paso informar sobre su conservación.








Lo mejor del finde fue esta caminata. Fuimos testigos de vistas del paisaje increíbles que compartimos y eso ayudó mucho en nuestra recuperación de los golpes de frustración recibidos en nuestra ida en tándem a la Difunta Correa y en nuestro segundo intento de ascender el Cerro Fortuna.   

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