viernes, 4 de marzo de 2011

Cómo es andar en Tándem?


No fueron muchas las veces en que pude ver una bicicleta tándem y ni remotamente se me dio la oportunidad de montarla, sin embargo siempre me despertaron la admiración.
Íntimamente sentía que en algún momento se iba a presentar la ocasión para subirme a una.

Y ahora con casi 3000 km andados de la travesía “5000 km en Tándem Recorriendo Nuestra Tierra” que nos propusimos para el 2011, puedo decir que se dio esa oportunidad. Sin embargo para llegar a ello antes tuvo que darse algo determinante: conciliar el proyecto con Beatriz, mi compañera, el otro 50% del tándem.
Y si, el atreverse a subir a una bici doble implica estar dispuesto a “vivir de a dos todo lo que el camino depare” (compartir los blancos, los negros y los grises…) y con “la Bea” esta condición se cumple a la perfección.

Ya habíamos realizado algunas travesuras juntos y algunas travesías deportivas también y sin dudarlo, puesto que nunca ninguno de los dos había subido a una bici doble, encargamos a nuestros amigos de Rani Competición una de ruta (las hay de paseo, de playa, de montaña entre otras). Es decir, en ningún momento dudamos de nuestra compatibilidad y de nuestras cualidades como equipo para el tándem al punto que decidimos una primera salida de 10 km justo un día antes de recorrer los 160 km que unen Mendoza con San Juan.

Nuevos e inexpertos en el tándem pero experimentados en el ciclismo y sobre todo muy entusiasmados y altamente motivados realizamos esta primera etapa, la que sirvió para confirmar que andar en bicicleta doble es una experiencia incomparable.

Desconocemos si existe alguna técnica para manejarse en estas bicis, tal vez la haya, pero de todos modos nosotros vamos “armando” la nuestra con los sucesivos kilómetros recorridos. Y es esto lo que queremos compartir en este relato: la experiencia de viajar de a dos.

Se conoce con el nombre de Capitán al ciclista que va adelante y de Fogonero al que lo hace detrás. Dicen que el primero debe ser el miembro más experimentado sin embargo nosotros hemos probado que el Capitán tiene que ser, en principio, el más fuerte porque es necesaria la fuerza para mantener el equilibrio y la dirección de la bici. No importa la destreza que uno tenga en el manejo porque el conducir una tándem es bastante más diferente que hacerlo con una bicicleta común, es necesario aprender a manejarla.
El capitán además de conducir debe accionar los frenos y los cambios, es el que tiene la mayor visibilidad por ello la gran responsabilidad de “timonear” la bici.
El Fogonero, en nuestro caso La Fogonera, tiene que disponer de cualidades especiales principalmente porque debe confiar “a ciegas” en el Capitán. Hablamos entonces de una entrega total. No ve el camino por lo tanto no sabe cuando se acerca un bache, una curva, un vehículo u otra cosa y menos apreciar el paisaje, sólo puede hacerlo en forma parcial. Entonces debe tener una entrega absoluta y eso es sí mismo es un valor incalculable.
Nosotros tenemos bien repartidas las tareas y nuestra fogonera se ocupa principalmente de administrar el ritmo de pedaleo y la velocidad, tarea nada fácil. Por ejemplo en las pendientes “dicta el ritmo” necesario para no bajar la cadencia, en el llano controla la regularidad de la velocidad, en los descensos indica los momentos del pedaleo y otras cosas más inherentes al tema.
En los momentos de tranquilidad, especialmente en las salidas de travesía, la Fogonera asume su papel de fotógrafa, camarógrafa, relatora, dj y, por pedido del Capitán, interpreta canciones a los “cuatro vientos”.

Mucha gente piensa que el que viaja en el asiento de atrás no pedalea como el de adelante y eso es una gran equivocación, porque en la bici doble el esfuerzo de los dos ciclistas cuenta, la fuerza de ambos se “promedia” primero y después se transmite a las ruedas. En nuestro caso, ambos salimos a pedalear con “gran actitud”, nos interesa mantener un ritmo entre el 70% y 80% en las salidas de entrenamiento y nos gusta sentir la exigencia por ello los dos pedaleamos con la misma intensidad, cada uno a la medida de sus posibilidades y cuando uno de los dos baja el ritmo se nota inmediatamente.

Sincronizar el subir a la bici no nos resultó sencillo, nos llevó varios intentos lograrlo. Para obtener la perfecta sincronización en los "saltos" que hoy tenemos pasaron muchos pedaleos y esta acción nos resulta básica para mantener la cadencia y la velocidad constante, para subir cuestas y para las primeras pedaleadas en el arranque. Aprender a detenernos y bajar sincronizados de la bici, sobretodo en estado de apuro, fue todo un tema. Por todo ello es que sabemos que andar en tándem es diferente, muy distinto a la bici simple, es necesario pasar por la experiencia, nadie "nos la puede contar" se necesita vivirla.

Un factor muy importante en esto de andar de a dos es la comunicación.
Lo fuimos descubriendo de a poco, kilómetro a kilómetro. Ambos tenemos a cargo distintas “órdenes para dar”, yo como Capitán indico por ejemplo: “pedales!” (para detener los pedales), “parados!” (parados sobre los pedales), “vamos lento!” (para comenzar a pedalear despacio), “voy a cambiar!” (para operar el cambio especialmente en ascenso), entre otras. Todas esas como otras son indicaciones relativas a la mejor y más segura conducción, sin embargo hay otras voces igualmente importantes que se orientan a conocer el estado del compañero.
Por otro lado Beatriz, la fogonera, se encarga de las voces vinculadas a su tarea, tales como: “vamos con 5!... listos ya!” (para indicar la cantidad de pedaleadas de parado sobre los pedales que se deben hacer) o “viene auto” (para avisar cuando viene un auto de atrás).
Sin embargo el valor principal de la comunicación es la relativa a la convivencia: la palabra justa de aliento, el silencio de la tolerancia, la palmada del compañerismo, etc. que cuando las horas pasan, las dificultades aparecen, la pendiente no termina o el cansancio surge son principales para mantener la motivación activada y la cabeza fuerte.

Las bondades de pedalear en una tándem nacen a partir de que ni el rápido necesita esperar al lento ni el lento apurar para alcanzar al rápido, siguen por la preciosa velocidad que alcanza gracias a la relación peso potencia que se logra junto a la inercia que alcanza y continua porque a pesar de que siendo sólo se viaja más rápido de a dos se viaja mucho más lejos!.


1 comentario:

  1. algo muy lindo yo los entiendo ja que yo hice casi lo mismo com mi compañera en tandem recorrimos desde talca pasando por paso vergara las loicas -malargue -san rafael -mendosa -uspallata -luego cruzamos por ruta 7 hasta paso los libertadores hasta talca chile gran esperiencia haci dejamos muchos amigos en el camino de argentina

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