martes, 15 de noviembre de 2011

A 4300 msnm en MTB. Cordillera de Los Andes. Camino a Chile por el Paso de Agua Negra.



 Hoy salimos en tándem, a pesar del viento, porque queríamos sentir la sensación de que “la pedaleada nos rindiera”. Claro si en nuestra salida del fin de semana habíamos vivido la tediosa experiencia de ascender en mtb desde los 1800 msnm a los 4300 msnm aproximadamente en 70 km, a ritmo de paso de hombre, con la más baja multiplicación, por un excelente camino de tierra y con fuerte viento en contra gran parte del trayecto.   
Hoy queríamos ver que la bici se moviera con la fuerza de nuestras piernas, queríamos sentir el viento en la cara producto de nuestro avance, queríamos volver a sentir y reconocer nuestras velocidades crucero, queríamos olvidarnos del andar cansino del ascenso interminable, tedioso, agotador, insufrible, molesto…

El sábado partimos muy temprano rumbo a la zona de la Cordillera de Los Andes, al camino internacional de Agua Negra en Las Flores departamento de Iglesia. Cuando llegamos nos encontramos que el paso aún no estaba habilitado que recién en 15 ó 20 días más, cuando la nieve se pudiera controlar, se abriría.







Esta info proporcionada por los amables gendarmes apostados en la Aduana Argentina no nos hizo mella porque la meta de alcanzar los 4756 msnm del Límite Internacional estaba en nuestros planes pero no representaba el objetivo principal, éste era el de aclimatar arriba de los 4000 msnm pensando en el Aconcagua.  
Entonces partimos con la convicción de que enfrentábamos el ascenso con el fin de doblegarlo.



La primera parte del camino (asfalto en un 70%), hasta el Puesto de Gendarmería de Guardia Vieja distante unos 45 km, nos llevó casi 4 horas y eso era más del tiempo previsto. Cuando llegamos al destacamento y por el horario no se nos permitió el paso y fue entonces cuando decidimos hacer noche allí casi a 3000 msnm.






Con mucho tiempo armamos el campamento, buscamos leña, encendimos la fogata del asadito, salimos a caminar, en fin… degustamos el campamento. 
Valió la pena detenerse en ese lugar porque la noche, antes de que saliera la luna llena, nos regaló un cielo lleno de estrellas casi que se podían tocar con las manos.
Ricardo salió a caminar en la noche al encuentro de la luna mientras Bea cuidaba el fuego hasta quedarse sin madera.
Una noche sin viento, una noche de paz absoluta, cálida, una noche en medio de la cordillera  para el disfrute.   





El sol de la mañana nos encontró levantados a punto de desayunar y de terminar de armar las cosas para iniciar la pedaleada.
A pocos kilómetros de la salida la quebrada comenzó a cerrarse y la pendiente constante nos obliga a llevar la más baja multiplicación y entonces pasamos el refugio de DPV y del Club Andino Mercedario en Arrequintin. Ya nos metemos en el zigzagueo de la quebrada, el pleno repecho pone a prueba nuestra paciencia y tesón… cruzamos algunos arroyos, contemplamos la gran obra de ingeniería que están realizando metro a metro en el camino y que será la base para el futuro Corredor Bioceánico y “sufrimos” cada metro de las zetas del camino que faldean las desnudas montañas.









Ya llevamos más de 3 horas pedaleando y el promedio nos dice que lastimosamente vamos a 10 km. Llegamos a Ojos de Agua.

Ya estamos a más de 4000 msnm y el terreno se aplana, alcanzamos El Arenal, entonces el viento en contra que apenas nos molestaba comenzó a soplar con fuerza  como dándonos a entender que él es quien reina en estas alturas.

Pasamos las 4 horas de ascender a paso de hombre, de mantener constante la fuerza del pedaleo porque sino la bici se frena a cero, de hacer fuerza para mantener la bicicleta en la huella porque si no las ráfagas del viento cordillerano nos tiran y entendemos porqué la vegetación más alta del lugar no sobrepasa los 10 cm de alto del suelo.
Las montañas nevadas se van acercando mientras nuestras fuerzas se agotan, cansados pero motivados por el acontecimiento seguimos avanzando por la pendiente que ahora vuelve a inclinarse. A lo lejos la Quebrada de San Lorenzo a 4100 msnm, un hito del camino.







Seguimos un poco más hasta que la huella hace imposible la circulación de nuestro vehículo de apoyo, el que nos sigue a todos lados, el que conduce con maestría nuestro compañero Ricardo.
Acá ya están los penitentes, se sufre el frio y el viento nival, llegamos a 4300 msnm aproximadamente y estamos los tres muy bien no hay muestras de malestar debido a la altura. Pasamos una gran prueba: máximo esfuerzo a más de 4000 msnm.

Hace tiempo, la última vez que corrí la Posta Atlética 12x42 San Juan – La Serena,  pude ver un ciclista que bajaba la cordillera y desde entonces tuve deseos de hacerlo y acá se me dio la oportunidad.
Bajé hasta la Quebrada de San Lorenzo a 35/40 km/hora sin pedalear, con el impulso de la bajada solamente.
Después y hasta Guardia Vieja, Ricardo se transformó en el “gran descensor” aplicando toda la destreza y osadía para desandar el camino de regreso alcanzando por momentos hasta 50 km/hora. 

Un fin de semana más en la cordillera y un millar de vivencias más para compartir… 









1 comentario:

  1. Hola,

    Felicitaciones por las hermosas actividades que están haciendo!!! Mi nombre es Vladimir Pastén, jefe de Desarrollo de ExpeNews (www.expenews.com), en estos momentos nos encontramos en una campaña promocional y tenemos una oferta para vuestra próxima expedición. Si les interesa pueden escribirme al correo vladimir@expenews.com

    Saludos y mucho éxito en todo lo que emprendan
    Vladimir

    ResponderEliminar